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Por qué algunas ciudades europeas quieren alejar a los turistas

© Good Travel Guide, septiembre de 2021

El descenso en el número de visitantes debido a la pandemia de Covid-19 ha sido un duro golpe para la economía de la mayoría de los destinos. Sin embargo, algunas ciudades como Ámsterdam, Praga, Barcelona o Florencia ya sufrían un exceso de turismo antes de la pandemia. La crisis ha servido finalmente para limitar de forma natural el número de turistas, aunque de forma más drástica.

Esta pausa en el turismo puede ser aprovechada por los destinos como un momento para reflexionar y aplicar cambios para poder reconstruir el turismo basado en la calidad y no en la cantidad. Estas medidas incluyen la comunicación, ya que los destinos se están replanteando qué imagen quieren promocionar y a qué turistas quieren atraer. Mientras que el antiguo modelo consistía en atraer a todo el mundo, ahora los destinos están pensando en atraer a objetivos más específicos, como visitantes interesados en la cultura local y no sólo en las playas de Barcelona o la nueva legislación sobre drogas y alcohol en Ámsterdam para disuadir a los fiesteros. En definitiva, atraer a personas con más dinero para gastar y que quieran quedarse más tiempo y con más frecuencia. 

No se trata sólo de campañas publicitarias, las ciudades también han reorganizado las rutas de los autobuses fuera de los barrios residenciales y han restringido los alquileres de corta duración o la venta de alcohol para ayudar a atraer a otros turistas. Una combinación de legislación local y de todo el país sobre la pandemia está ayudando a cambiar la marca de los destinos.

En algunas ciudades, los resultados parecen positivos por el momento, con menos fiestas en las calles y más asistentes a los museos. Lea más sobre el tema en el Independiente. 

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